Heredero de una saga de empresarios que hunde sus raíces en la década de los 50, el grupo Gildo nace en 1981 de la mano de Hermenegildo Bravo y Visitación Díaz. En ese año, este matrimonio supo anticiparse a los nuevos formatos comerciales tan comunes hoy en día, creando en una localidad como Fuentes de Oñoro, de poco más de 1000 habitantes, un supermercado de 1000 m2 con parking aledaño de 4000 m2 (las galerías), toda una novedad en la Salamanca de la época.
AFECIR ha decidido honrar con el premio a la Trayectoria Empresarial a este conjunto de empresas gestionado por la familia Bravo Díaz, que se han convertido a lo largo de las décadas en uno de los mejores ejemplos de las estrechas relaciones económicas y personales que existen entre los habitantes de ambas partes de la raya hispano-lusa.
“Recibir este galardón ha sido una sorpresa para todos y en, especial, supone una gran satisfacción que se reconozcan décadas de honestidad, compromiso con el cliente y de duro trabajo de mis padres Hermenegildo y Visitación. Este premio es para ellos”, valora Juan Luis Bravo, actual gerente del grupo Gildo.
Juan Luis, junto a su hermano Francisco Javier, gestionan un grupo empresarial familiar que actualmente da empleo a más de 80 trabajadores españoles y portugueses, que llegan a convertirse en un centenar durante las temporadas altas. Sus actividades están radicadas en Fuentes de Oñoro, enclave donde se encuentran el supermercado Carrefour, un cash and carry, una cafetería-restaurante y una gasolinera, además de otra estación de servicio en Ciudad Rodrigo.
Y es que no se puede entender el sector comercial de esta comarca sin la aportación de las empresas del grupo Gildo, que ofrecen un servicio integral altamente valorado tanto por clientes españoles como por portugueses, que son la base de su modelo de negocio.
“Abrimos todos los días para dar un servicio que no existe en la zona. Un comercio atractivo, disponible y que siempre cuente con algo más, algo diferente al resto”, desarrolla el empresario.
Un carácter innovador que ha pervivido en la segunda generación, que se ha vuelto a adelantar a los tiempos, estableciendo nuevas oportunidades de negocio fuera de la provincia, ante el previsible descenso de la actividad en la localidad fronteriza cuando se abra al tráfico el enlace entre la autovía A-62 y la A-25 del país vecino.
“Nuestra trayectoria ha sido un continuo ensayo-error y trabajamos duro para que el grupo asegure su continuidad. Por ello, hemos iniciado nuestros planes de expansión fuera de la provincia de Salamanca, con la apertura de un nuevo supermercado en Madrid”.
Futuro que aspira a seguir traspasando su faceta empresarial, siendo el emblema de una memoria colectiva que comparten generaciones de españoles y portugueses que cruzan la frontera. Como bien recuerda el artista luso David Bruno en su canción Praliné: “Stop na fronteira, eu vou ao Gildo comprar uma sapateira…” (Parada en la frontera, voy a Gildo a comprar un buey de mar…).