La volatilidad de los mercados financieros, el precio de las materias primas y la incertidumbre del actual mapa político español empeoran las expectativas de las pymes

El Indicador de Confianza Empresarial Armonizado (ICEA) publicado por el INE disminuyó un 1,3% en el primer trimestre de 2016 con respecto al trimestre anterior, condicionado por un empeoramiento del saldo de las opiniones empresariales (favorables – desfavorables) acerca de las expectativas de negocio en el trimestre que comienza, situándose dicho saldo en el -6,5%.

Sin embargo, se ha de destacar que tanto la consideración sobre la situación de la actividad empresarial del último trimestre de 2015 (saldo positivo 11,6) como las perspectivas sobre la evolución de la actividad del actual trimestre (saldo positivo 8,4) han mejorado sustancialmente si las comparamos con los registros del mismo periodo del año anterior.

Por tamaño de las empresas, son las microempresas las que mayor caída del ICEA han registrado.

Ahora bien, tal y como se observa en los gráficos 1 y 2, descontando el comportamiento específico que registran los saldos de expectativas y de situación a comienzos de año y comparando los resultados con el mismo periodo de años anteriores, se observa que las caídas más significativas se producen en el tramo de las pequeñas empresas de 10 a 49 trabajadores y en las que tienen entre 50 y 199 trabajadores, aproximación relativa a las medianas.

Por sectores, se aprecia un comportamiento similar en las actividades del transporte y hostelería.

Esto se produce porque estos empresarios han percibido en peor medida la situación futura de sus actividades empresariales en este primer trimestre de 2016 con respecto a la registrada en el cuarto trimestre de año anterior, en comparación con esta misma percepción en los años 2013, 2014 y 2015.

La volatilidad reciente de los mercados financieros asociados a la evolución de los países emergentes y el precio de las materias primas y su impacto sobre la demanda y el comercio internacional, así como el factor de inestabilidad derivado de los resultados de las elecciones generales del 20 de diciembre han tenido un reflejo sobre la confianza de las empresas, en particular sobre las de menor tamaño.

Este impacto se ha traducido en una percepción de la interrupción en el proceso de mejora que estas empresas estaban vislumbrando sobre la evolución futura de sus actividades. Será preciso monitorizar la evolución en el mismo periodo de otros indicadores de confianza de los agentes, en particular, de los consumidores, para contrastar esta percepción que se ha registrado en las perspectivas de las empresas.

Por todo ello, CEPYME reitera la urgencia de recuperar un marco de estabilidad y reforzar la certidumbre en el actual escenario político como factores fundamentales para que las pymes españolas mejoren sus expectativas y continúen perseverando en su transformación digital y expansión en los mercados exteriores y, de esta forma, mantener nuestros actuales niveles de crecimiento económico y del empleo.