ASTRACE defiende su papel en la difícil situación del mercado actual de vacuno

Ante las acusaciones, calumnias y difamaciones vertidas por COAG Castilla y León y ASAJA Salamanca contra los tratantes de ganado, buscando su descrédito, y culpándoles de la situación actual del sector, la Asociación Salmantina de tratantes y Cebaderos (ASTRACE) nos vemos en la obligación de refutar y aclarar dicha información, con datos contrastables y objetivos, y no con meras afirmaciones totalmente subjetivas, sesgadas e interesadas, como han hecho los citados sindicatos en los documentos que han emitido.

En primer lugar, los tratantes siempre hemos estado presentes en este sector, como parte integrante y fundamental del mismo. Somos un eslabón intermedio de la cadena, sirviendo de unión entre el campo y los cebaderos, o entre éstos y la industria, realizando una labor de selección y de filtro, y por tanto facilitando la comercialización de los animales.

Desde ASTRACE, siempre hemos defendido que desempeñamos un trabajo importantísimo, llegando también a pequeñas explotaciones, zonas deprimidas, etc., que sufren una mayor dificultad a la hora de vender sus animales, realizando así una labor social fundamental.

Por otro lado, tal y como se ha demostrado en los últimos años, el hecho de que aumente el número de tratantes, supone un mayor valor de la producción de los ganaderos, ya que hay una mayor competencia por adquirir sus animales. Cosa que no sucedería si se monopolizara la comercialización a través de un solo operador.

En cuanto a la situación actual, es penoso y vergonzoso que se nos culpe a los tratantes de algo totalmente ajeno a nosotros, como son los efectos de la crisis del COVID-19, el posterior estado de alarma y confinamiento y como consecuencia la caída drástica de la actividad.

Es por todos sabido, que los establecimientos de hostelería y restauración se encuentran cerrados, así como los establecimientos turísticos, y lógicamente se han suspendido la Semana Santa, las comuniones, bodas, etc., con el consiguiente desplome del consumo y sin conocer aún el alcance y la magnitud de la crisis. En cuanto al turismo, según el Instituto Nacional de Estadística, el año 2019 vinieron a España 83,7 millones de extranjeros. A día de hoy no hay turistas en nuestro país.

En consecuencia, y según los datos correspondientes a la semana pasada del Mercado en Origen Nacional del Vacuno de Carne (MonVac), que está formado por operadores de todo el territorio nacional, incluyendo los más representativos de Castilla y León, los sacrificios reflejarán una caída de la matanza de más del 50% en las hembras y de un 30% en los machos, por lo que la situación actual constituye una circunstancia excepcional que no se registraba desde la crisis de las “vacas locas”.

Todo lo anterior ha llevado a una caída generalizada de los precios de las canales, sin apenas demanda de lomos, solomillos, pieles, menudos, etc.

Por lo tanto, no entendemos los ataques de COAG Castilla y León y ASAJA Salamanca a los tratantes de ganado, que por otra parte y a la vista de todos los datos aquí aportados, son totalmente injustificados y carecen de fundamento y, como consecuencia, sólo pueden obedecer al afán de algunos por desacreditar y calumniar el buen nombre de nuestro colectivo.

Desde ASTRACE, también consideramos, que mantener unos precios artificialmente altos de la Lonja de Salamanca, mientras que otras como la de Extremadura sí han actualizado las cotizaciones, solo nos lleva a un mayor bloqueo de la actividad y a un mayor exceso de oferta, ya que nuestros proveedores quieren vender en base a ese precio y nuestros clientes no están dispuestos a pagarlo. Como consecuencia, la actividad, a día de hoy, es prácticamente nula, sin apenas transacciones, lo cual está generando un tapón de animales, que a corto y medio plazo nos va a llevar a una mayor caída de los precios que la que se hubiera producido si las cotizaciones de la Lonja hubieran sido realistas.

Por lo tanto, lejos de beneficiar al ganadero, la actitud de los vocales de ASAJA en la mesa de vacuno de vida, negando la realidad y hablando de normalidad, cuando ésta no existe desde que comenzó la crisis del COVID-19, no ha hecho sino perjudicar enormemente al sector. Y por otro lado, le hacen un flaco favor a la credibilidad de la Lonja, amenazando con dejar de asistir a la misma si no se mantienen las cotizaciones, ya que en un mercado libre los precios los fija la ley de la oferta y la demanda, y no como pretenden ellos, que sería intervenirlo.

Finalmente decir, que somos parte integrante y necesaria de un sector económica y socialmente estratégico y que contribuimos de manera sustancial e indiscutible al desarrollo rural, a la lucha contra la despoblación y tal y como ha quedado demostrado en la situación de excepcionalidad actual, formamos parte de la cadena de suministro y abastecimiento de alimentos.